Filósofia

Betsaida es un grupo de laicos muy heterogéneo; entre ellos hay adultos profesionales y técnicos, padres de familia, estudiantes universitarios y primarios. Es decir, representa a todos los estratos que componen la Iglesia, el público que asiste a una Misa dominical cualquiera.

No pertenecen como grupo a ningún movimiento, a ellos los une la Fe y el convencimiento de que la música es un excelente instrumento para acercarnos al amor de Dios, para hacer más cercana la liturgia y para aprender de una forma fácil y atractiva las verdades salvadoras de la doctrina.

Porque la Providencia así lo dispuso, para Dios no hay “casualidades”. Entre el grupo fundador (año 1992), hay periodistas y profesores. Ninguno de ellos había estudiado o se había dedicado a la música. Sólo tenían en común la inquietud por el trabajo social y espiritual a favor de los más necesitados. Con mucho esfuerzo y algo de don de Dios, se dieron cuenta que cantando, rezaban y ayudaban a rezar. Que a veces una simple canción era más poderosa que varias sesiones de catequesis. Habían descubierto una nueva forma de apostolado.

Con el tiempo el Señor las fue bendiciendo con más voces y almas privilegiadas que aportaron mucho al Grupo. También hay otros, que sin tener el talento para cantar, colaboran con el Grupo de otras formas: con trabajo, ideas y lo más importante: oraciones. Todos ellos son miembros muy queridos de Betsaida.

La mayoría de las canciones de Betsaida han sido compuestas en letra y música por sus mismos miembros, y así están inscritas legalmente. Los mueve una constante búsqueda de “producir” los temas que puedan ser útiles para explicar la liturgia (como la canción “Cuaresma”), o bien, toquen asuntos claves de la doctrina o momentos del Evangelio (por ejemplo “Comunión” o “Jesús Samaritano”).

Las letras son previamente revisadas por teólogos y las canciones “probadas” en la Misa, ya que sólo se graban aquellas que demuestran ser atractivas y didácticas para los fieles.

En algunos casos se ha pedido la autorización legal a los compositores de temas que calcen con la línea de Betsaida, para integrarlos a sus discos.

La fuente de inspiración es siempre el Señor, por eso la clave es la oración, aunque cueste.

El descubrir que Dios nos quiere demasiado, y nos quiere tal cual somos; constituye una fuente inagotable de esperanza y le da un sentido a las pruebas de la vida. Por eso el mensaje de Betsaida es muy alegre y positivo.

Como en todo, se requiere de mucho trabajo para conseguir objetivos. Los talentos, un regalo de Dios, son sólo el comienzo, el esfuerzo hace lo demás. Perseverar en los ensayos y en interminables horas en los estudios de grabación, constituye un ingrediente indispensable, y a veces no muy grato.

Poner de acuerdo a gente que tiene horarios y actividades muy diferentes y que aporta a Betsaida como un servicio y no como un trabajo remunerado, no es nada fácil. Detrás de cada miembro de Betsaida hay familias e hijos a los que el Grupo les roba horas libres con sus seres más queridos. Sin embargo, nada de esto nos desanima, porque Dios siempre muestra lo que quiere.

Difíciles fueron, sin duda, los comienzos. Al principio fueron pocos los que entendieron este tipo de música que combinaba elementos del pop con otros más clásicos. Contenidos profundos en un marco orquestal moderno; con un sonido similar al de una canción popular de las que se puede escuchar en la radio. Un sonido moderno que ensalce la solemnidad del mensaje.

Los santos han dicho que “las cosas, cuando son de Dios, nunca son fáciles”. ¡Betsaida sabe cuán cierto es eso!

Desde el principio Betsaida se planteó como una empresa sin fines de lucro. Por mucho tiempo los gastos superaron a las utilidades. Cuando éstas llegaron, se concretó la idea inicial de donar la totalidad de las ganancias a obras sociales de la Iglesia Católica, y siempre se ha hecho así. Además, hemos podido donar material a parroquias y otras instituciones de la Iglesia, o entregarlo a precio de costo.

Lo más novedoso es el sistema de “donación diferida”, mediante el cual empresas compran material pagando a Betsaida sólo el precio de costo, y donando la diferencia a la institución de Iglesia que él mismo elija. De esta forma, la empresa regala un material apostólico, hace una obra de caridad a quien ella prefiera y, además, obtiene la rebaja de impuestos correspondiente a la ley de donaciones.

El Señor nos ha llenado de regalos. ¿Cómo no va a ser una bendición que después de tantos años los miembros de Betsaida sigamos juntos y queriéndonos cada día más? Lo mejor de Betsaida es su gente.

Sin embargo, lo más grande es ver que otras personas también rezan con las canciones de Betsaida; que niños de lugares muy lejanos o humildes “cantan” las verdades del Bautismo o de la Transubstanciación con alegría; que algunos se han acercado al infinito Amor de Dios, por medio de estas canciones.

Mil gracias a cada uno de los amigos de Betsaida que nos mandan sus cartas y correos desde muchas partes del mundo (Cuba, España, República Dominicana, Méjico, EL Salvador… ) animándonos a seguir. ¡El Señor los llene de bendiciones!

Gracias a Dios por haberse querido servir de nosotros para realizar su obra.¡ A EL sea el honor y la gloria por los siglos de los siglos!.